viernes, 9 de agosto de 2013

Fake insensitivity



Hasta que una mañana te levantas y sientes como las arterias se te van enfriando una a una. Te miras al espejo y te clavas en tu propia mirada y entonces, ahí, te das cuenta de que tus pupilas se han helado. En el fondo sabías que ese momento volvería a llegar. Y ahora, ¿Qué vamos a hacer? Si solo sé pensar en frío.
Esa delgada línea entre ser fuerte y la insensibilidad. Nunca supe bien dónde estaban los límites y por otro lado tampoco me gusta tenerlos.
Me volvieron a hablar de tus ojos y los míos ni se inmutaron. Me volvieron a decir que en tu boca rondaba mi nombre y de nuevo, volví a no sentir nada.
¿Me habré vuelto inmune a los sentimientos? O quizás sentir este sobrevalorado.
La vida es cuestión de muros, o quizás de escalones. Hay muros tremendamente difíciles de derribar y escalones imposibles de subir aunque no todo va a ser gris. Conozco muros que se derriban a las doce de la noche y escalones que caen a las cinco de la mañana.
Me volví a mirar al espejo, se volvieron a congelar.